Otro cambio que presentó la pandemia fue la visualización de los “invisibles”, comenzamos a darle valor a los que trabajan en el edificio, los que pasan su vida en él. Los que tienen una oficina en el menos tres sin luz natural, con mala ventilación, pero que los fin de semana u horas inhábiles son las personas responsables de gran parte de las instalaciones y funcionamiento del edificio. Esos mismos que deben tomar decisiones en pocos segundos por algún evento de emergencia para que el edificio sanitario siga en pie y funcionando con normalidad. Debido a esto, hoy nos ponemos a pensar, ¿Estos trabajadores deberían estar en un lugar más estratégico?, ¿En un lugar más visible?, ¿En un lugar donde sí puedan ver lo que está sucediendo y que no sean avisados de forma remota? Yo estoy segura que sí y que esto significaría un funcionamiento mejor para todos. Para esto, hay que habilitar espacios dignos para todos los funcionarios, por ejemplo, los estares de personal o comedores casi clandestinos que se construyen en condiciones muy pocos dignas, las áreas de apoyo, casilleros, oficinas sin acceso a luz natural, áreas de trabajo donde los diferentes equipos interactúen, áreas comunes relacionadas a las áreas verdes que reduzcan el stress físico y mental, escaleras iluminadas, etc. Y cuando digo todos los funcionarios me refiero a todos y no realizar esa gran diferencia que se ve siempre entre el personal contratado y el externo, siendo que todos debieran tener las mismas condiciones de espacio por temas de seguridad, de aseo y confort. La importacia de los espacios es primaria, un espacio digno que entregue buenas condiciones de trabajo, donde las personas que interactúen en él se sientan cómodas y orgullosas significa tener al personal clínico con un estado anímico mejor y que repercute en cómo va a trabajar,cómo se va a relacionar con sus pares y los pacientes. Hay que recordar que hoy en día, la estadía de los pacientes es cada vez más corta en los edificios hospitalarios y que cada vez se valora más el trato o la forma de atención. En esta relación paciente-recinto hay dos figuras claves: la estructura y diseño del edificio, como también sus trabajadores.Al mejorar el entorno laboral, se mejora la experiencia de los trabajadores y por ende la del paciente, debido a esto es tan importante el diseño de los espacios para el paciente y para el que trabaja ahí.
Otro tema de gran importancia relacionado al buen funcionamiento en tiempos de emergencia, es el desplazamiento que tiene que realizar el personal hospitalario. Generalmente el personal no vive en zonas cercanas al edificio hospitalario, más bien en zonas muy lejanas a este. Ya teniendo claro que el personal que hace que funcione el edificio es tanto o más importante que el personal médico, debemos pensar en que no solo las especialidades deben tener un buen respaldo. Por esto, yo los invito a pensar que una buena solución es que aledaño a los edificios hospitalarios debieran estar los hogares del personal. Personal que debiera tener un buen estándar de vida, sin pérdida de tiempo en traslados largos y en horarios de difícil acceso al transporte público. Si el personal se convierte en vecino de su lugar de trabajo mejoraría su calidad de vida significativamente, además serían vecinos que verían positívamente la existencia del centro hospitalario en su zona habitacional.
Creo que lo mejor que nos dejó este aprendizaje fue que debemos diseñar espacios totipotenciales de calidad para todos, no existe personal de primera ni de segunda necesidad. Todo espacio, al más mínino detalle, debe ser pensado para la persona que lo habitará y que no todo debe girar entorno al paciente.