Un huerto en el techo se alinea perfectamente con el compromiso ecológico y enfoque integrador de la salud del Boston Medical Center. Absorbe las aguas pluviales, aumenta las áreas verdes para la comunidad, valoriza un espacio sin uso, amortigua los efectos negativos de los edificios en el entorno urbano circundante, reduce el uso de energía – incluida la energía necesaria para transportar alimentos – y reduce la huella de carbono del edificio; al mismo tiempo que proporciona miles de kilos anuales de productos frescos ysaludables dentro y fuera del hospital, como el mercado orgánico comunal, los menús de pacientes hospitalizados, las cafeterías del centro médico, la “cocina educativa” y la “despensa de alimentos preventivos”. Estos dos últimos, son servicios que en conjunto con el huerto, forman parte del programa “Nutriendo a nuestra comunidad”, desarrollado para brindar fácil acceso a los alimentos saludables para una población de pacientes médicamente desatendidos, muchos de los cuales experimentan enfermedades relacionadas con la desnutrición debido a la pobreza y a las opciones limitadas de alimentos que conlleva vivir en un desierto alimentario urbano. Este programa se financia con donaciones públicas y privadas, voluntariado y venta de productos. La “Cocina Educativa” imparte clases diarias gratuitas para pacientes y empleados con temas como: cocinar para sobrevivientes de cáncer, cocinar con un presupuesto limitado, cocinar con diabetes, por nombrar algunos. El año 2018 impartió 310 clases culinarias, participaron 1.950 pacientes y empleados, de los cuales 425 eran niños. La “Despensa de Alimentos Preventivos”, apoya con alimentos gratis y saludables mensualmente a los pacientes remitidos por los médicos de atención primaria, que les detectan inseguridad alimentaria o necesidades nutricionales especiales. La despensa es utilizada a menudo por pacientes con cáncer, VIH / SIDA, hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas. Atiende aproximadamente a 7.000 personas al mes, la mitad de los cuales son niños. El huerto de 250 m2 se diseñó adhiriéndose al movimiento Día Internacional de la Madre Tierra 2017, cuyo lema es “Alfabetización medioambiental y climática” que además promueve legislación, tecnologías y empleos respetuosos con el medio ambiente. Tiene más de 25 cultivos de una amplia variedad de verduras y hierbas orgánicas, como lechugas, tomates, berenjenas, kale, pepinos, arvejas, papas, espinacas, pimientos, zapallitos italianos y zanahorias, produciendo 2.300 a 3.200 kg de alimentos por año. Las flores en constante florecimiento durante el año, crean un hábitat beneficioso para insectos y polinizadores. Alberga dos colmenas de abejas que polinizan el 75% de la comida del huerto. La ubicación del huerto se escogió para quedar a la vista de cientos de pacientes. La comunidad puede asistir a visitas guiadas cada semana, realizar voluntariado, y participar en eventos educativos. Además, se ofrecen dos semanas de campamentos de verano gratuito para niños en asociación con la Cocina Educativa y cuatro semanas de campamentos de verano con las escuelas públicas y la Comisión de Salud Pública de Boston. UVM MEDICAL CENTER ONCOLOGY GREEN ROOF Burlington, Vermont, EE.UU. Diseño: Wagner Hodgson Landscape Architecture, EE.UU. www.wagnerhodgson.com Operación y producción: The University of Vermont Medical Center, EE.UU. www.uvmhealth.org El Techo Verde del Centro de Oncología Radiológica del Centro Médico de la Universidad de Vermont se diseñó para que además de ayudar a reducir la escorrentía de las aguas pluviales y contribuir con la aislación térmica, tuviera un rol terapéutico y educativo mediante un huerto, en el cual los pacientes aprenden sobre nutrición y producción de alimentos saludables. Considera también un servicio productivo para complementar con verduras frescas al Servicio de Alimentos del Hospital; un jardín sanador ubicado al norte del centro destinado a ser un espacio privado y tranquilo para la reflexión y para actuar como un amortiguador entre el edificio y estacionamientos, en el cual se plantaron arbustos nativos de abundante floración y helechos para emular un claro del bosque; una plaza durade reunión y distracción para pacientes y personal al sur; y una rampa para acceder al jardín que permite a visitantes sentarse y contemplar la vista a las montañas. El Centro Médico UVM en conjunto la Red de Jardines Comunitarios Vermont desarrollaron el Plan de Estudios de Jardinería para la Salud, que incluye meditación y actividad física ligera junto con actividades de jardinería, nutrición y cocina. El programa es gratuito para todos los participantes que califiquen en función de condiciones de salud preexistentes, como prediabetes, diabetes, presión arterial alta y sobrepeso. La horticultura tiene muchos aspectos saludables positivos: produce alimentos que todos deberían comer más, saca a la gente al aire libre y les da más control sobre lo que comen. Según la educadora del programa Lisa Hoare, la jardinería, la nutrición y la educación culinaria están estrechamente vinculadas. Cuando las personas cultivan sus propios alimentos, se genera una conexión más estrecha con comer sano, por eso una meta clave del programa es “brindar a las personas las habilidades culinarias para hacer que la comida saludable tenga un sabordelicioso. No se trata de mover los dedos. Se trata de empoderar a las personas”. Los productos cultivados así ahorran dinero en comparación con las opciones orgánicas comerciales y fomentan relaciones sociales. Después de varios años de trabajar con pacientes hospitalizados, al médico de atención primaria y co-lider del programa, Michael Latreille, le quedó claro que un porcentaje significativo de los problemas que llevan a las personas al hospital se pueden prevenir. Entre ellos se incluyen las enfermedades cardiovasculares que provocan ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y presión arterial alta, así como diabetes tipo 2. Se pasa mucho tiempo solucionando problemas, por lo que se debería enfocar los esfuerzos en prevención más que en tratamiento, y ayudar a las personas a cambiar hábitos que contribuyan a vivir una vida más saludable. Para la directora de los servicios de nutrición y cocreadora del programa, Diane Imrie, es una oportunidad de unir alimentos saludables y sostenibilidad en un entorno de atención médica, que les permite obtener créditos por educación para la certificación LEED. El huerto produce fresas, grosellas, arándanos, ciruelas, tomates cherry, pepinos, porotos verdes, berenjenas, hinojo, beterragas, ajo, acelgas, zanahorias, rúcula picante, vegetales de hojas verde y más. Si bien no producen lo suficiente de un sólo cultivo para ser un proveedor principal, las frutas y verduras que se cultivan, se destacan en las ensaladas, panes, tortillas, postres y aumentan la oferta de vegetales saludables, cultivados orgánicamente, recolectados en el puntomáximo de madurez y utilizados inmediatamente para obtener el mejor sabor y contenido de nutrientes. Visitantes, paciente y empleados han compartido el placer y el interés que han experimentado al ver crecer las plantas y tener un lugar de belleza y abundancia al que acudir mientras esperan su atención o a sus seres queridos.